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Claves para retrasar el envejecimiento

    ejercicio contra el envejecimiento

    El elixir de la eterna juventud es una fórmula que siempre se ha buscado. Desde los baños en leche de burra hasta los tratamientos más sofisticados, el ser humano ha buscado siempre la manera de luchar contra el envejecimiento.

    En la época actual en la que vivimos y con las técnicas tan modernas de medicina la esperanza de vida de los españoles ha aumentado de manera considerable. El envejecimiento de la población se incrementa paulatinamente con el paso del tiempo y el INE (Instituto nacional de Estadística) se encarga de recordárnoslo cada año. En 2014 el 18,2% de la sociedad era mayor de 65 años, una cifra que aumentará al 38,7% para el año 2065.

    Por este motivo y por qué además es ley de vida, a partir de los 65 años las facultades de las personas disminuyen, hay menor fuerza muscular, menor flexibilidad de los músculos…y este envejecimiento es el que nos hace que prestemos atención a nuestro cuerpo.

    Una de las acciones que podemos realizar de manera natural para conservar mejor nuestro organismo es el ejercicio. La práctica de la actividad física mejora, científicamente probado, la calidad de nuestra vida, retrasa el envejecimiento y una larga lista donde se aumentan los beneficios de capacidades fisiológicas y cognitivas: control del peso corporal, mejora el sueño, la autoestima, incrementa el equilibrio y a nivel metabólico sirve para disminuir niveles de glucosa, triglicéridos y riesgo cardiovascular.

    Uno de los factores a evitar es el sedentarismo y evitar actividades físicas muy estresantes o de un gran impacto sobre nuestras articulaciones. A determinadas edades con un ejercicio físico de 30 minutos diarios sería más que suficiente.

    La gente de avanzada edad ha de seguir determinadas pautas a la hora de hacer ejercicio para no lesionarse o empeorar una vieja lesión. Lo más recomendable es comenzar la actividad física por la parte superior del cuerpo. Primero la cabeza, con ejercicios específicos de rotación, y seguidamente de los hombros. Después hay que controlar los movimientos de brazos, muñecas y manos. Uno de los mejores ejercicios es el de abrazarnos a nosotros mismos y tratar de tocar con nuestras manos la parte de los omoplatos. En repeticiones de no más de 10 ejercicios.

    En cuanto a muñecas, manos y dedos, hemos de poner mucha atención en no descuidarlos, ya que son fundamentales para realizar las actividades cotidianas diarias. Un buen ejercicio es el de estirar y recoger la palma de la mano. Podemos usar una pelota de gomaespuma, pero sin nada en la mano también es efectivo el ejercicio.

    En el tronco inferior de nuestro cuerpo lo podemos trabajar ayudándonos de una silla. En este aspecto es imprescindible trabajar con el equilibrio y hacer movimientos sin demasiada violencia para no lastimarnos. La flexión y extensión de las piernas, desde una posición sentada, es clave para ejercitar los músculos que nos dan apoyo en las piernas. El trabajo en los pies se puede realizar haciendo rotaciones de tobillo.

    De todos modos, si por usted mismo no puede realizar ejercicios de este tipo, desde el servicio de asistencia de ancianos de Msoluciona le indicaremos, gracias a nuestro personal altamente cualificado, cuales son los mejores ejercicios para cada caso.

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